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Lazlo Moussong

Karina Castro

Por su tono mordaz e irreverente, su función paródica de diversos «clásicos» e hibridismo genérico, entre otros rasgos, los textos de Lazlo Moussong se caracterizan por abordar temas que oscilan entre lo real y lo fantástico. Su género predilecto es la sátira, a la que constantemente recurre para «sacudir las conciencias». El escritor sostiene que «el humor satírico no parte de la alegría, sino de la inconformidad para mostrar las fallas en el poder y en la sociedad»[1], apreciación que implica una indignada conciencia social y política, pero también vincula a la literatura con las formas del poder, tal como lo hicieron los antiguos autores satíricos, desde Luciano de Samosata, Marcial y Juvenal, hasta Augusto Monterroso[2], pasando por Cervantes, Jonathan Swift, Francisco de Quevedo o Thomas de Quincey, entre muchos otros.

En «Una carta muy íntima», Moussong crea a un personaje llamado Lazlo, quien escribe una carta dirigida a su novia para anunciarle el rompimiento de su relación. Antes de empezar, el personaje advierte que su texto sigue el formato de los informes de programas gubernamentales, y confiesa con amargura que, por haber escrito tantos documentos de ese tipo, el lenguaje administrativo y burocrático se ha instalado «en lo más profundo de su ser». Sin duda, se trata de un elemento autobiográfico, ya que el autor ejerció durante mucho tiempo la corrección de documentos especializados tanto de secretarías gubernamentales como de empresas privadas. Durante la dura y tediosa labor de corrector de estilo, Moussong se empapó de lenguaje jurídico y administrativo. Desde el inicio, es posible apreciar el inmenso contraste, el fuerte choque entre el contenido emocional y sentimental, y la forma fría, pobre y estéril del lenguaje burocrático:

 

Amada Concepción Encarnación: Presento a tu fina consideración, para la toma de decisiones y los debidos ajustes a la planeación correspondiente, este documento en el que se describen los orígenes, desarrollo y solución del proceso de integración y posterior separación de nuestra relación, así como la fundamentación y programación a que ha dado lugar la situación enunciada relativa a mi determinación de que terminemos nuestra unión.

En lo sucesivo denominaremos como Factor M al elemento masculino de la relación (o sea, yo) y como Factor F al femenino (o sea, tú).

 

Lo primero que notamos es el tono lúdico del texto. El nombre de la amada, Concepción Encarnación (de «concebir» y «encarnar»), es en sí mismo lúdico, aunque cacofónico. El autor, sin embargo, lejos de evitar las rimas consonantes en la prosa y el efecto cacofónico, lo aprovecha y refuerza al incorporar palabras con la misma sonoridad: «consideración», «planeación», «solución», «relación», «fundamentación», «integración», «programación», «separación», «situación», «determinación».

Más allá de los paradigmas tradicionales de los textos literarios, donde forma es fondo, podríamos pensar que en esta carta hay una deliberada ruptura de ambos y de lo que se ha considerado el género epistolar amoroso. No obstante, por un lado, el autor afirma: «Mi intención fue que la forma fuese fondo; esa forma de escritura, exageradamente aliterante con la terminación “-ion” tiene ese fondo, esa delación de la lamentable pobreza de lenguaje de los burócratas y tecnócratas», y por otro: «sí hay un deliberada ruptura de esos paradigmas».

Sucede justamente lo que Linda Hutcheon, teórica de la «posmodernidad», afirma como característica de esta poética: desafiar las narrativas que presumen de un estatus «paradigmático» sin necesariamente asumir ese estatus[3]. En este sentido, el texto de Moussong posee marcados rasgos «posmodernos». Uno de ellos es el hibridismo genérico (no exclusivo, por cierto, de la llamada «posmodernidad»), ya que no se trata de una carta ni de un relato; evidentemente, no es un cuento ni un documento oficial que, por su estructura, aparenta ser. Al principio narra y describe una situación interior; después, expone, explica, argumenta… Un rasgo más es su intención lúdica y satírica que lleva al autor a concebir una caricatura que encarna gracias al lenguaje burocrático:

       1. OBJETIVO DEL DOCUMENTO

Desarrollar un análisis de funcionalidad de las experiencias obtenidas entre los Factores M y F, para establecer objetivamente la justificación de la determinación adoptada en el sentido de llevar a efecto la separación definitiva de nuestros intereses y atractivos:

1.1. Eróticos

1.2. Recreativos

1.3. Intelectuales

1.4. Espirituales

Dejando atrás la dimensión estética, también se aprecian características de metatextualidad (tampoco exclusiva de lo «posmoderno»): el personaje, antes de dar paso a la carta, reflexiona sobre el acto de escribir y sobre el tipo lenguaje que influyó en su escritura:

 

Sucede que durante el sexenio pasado, tan lleno de proyectos, planes, programas, sistemas, implementaciones, instrumentaciones, etcétera, ocupé bastante de mi tiempo en redactar y corregir documentos elaborados por los abundantes tecnólogos que enfocaron realidades e irrealidades del país a través de brillantes metodologías administrativas. Ese trabajo, inevitablemente […] afectó […] mi lenguaje; éste es mi trauma y el resultado consta en esta carta personal que dice así:

 

La carta de Lazlo guarda una relación intertextual con los informes de programas de gobierno; juega con las convenciones de ese estilo, desafía aquello que satiriza: lo critica desde adentro. Considero que este breve texto de Moussong es una sátira paradójica del lenguaje legal o burocrático. Se vale de la ironía para cuestionar y ridiculizar esa práctica discursiva paradigmática. Para atacarla con sus propias armas, el autor asume las reglas de ese lenguaje, imita su estilo, pero invierte el contenido. De acuerdo con Moussong, éste es uno de los recursos del escritor satírico: despojar al enemigo de sus armas, apropiárselas y manejarlas con lo que él llama sus «habilidades marcial-satíricas».

La carta se presenta como un ejercicio lúdico que no sólo trastoca el lenguaje asumiendo su misma pobreza, sino también la estructura del texto. De esta manera, expone lo ridículo de la forma del lenguaje administrativo, llevándolo al extremo para provocar un efecto humorístico.

La relación de pareja de los personajes se presenta como un programa o proyecto gubernamental del que se entrega un detallado informe. En la introducción, donde el narrador explica las razones que lo inspiraron a escribir la carta en ese estilo y a publicarla, reflexiona sobre los informes sexenales de gobierno que se vio obligado a redactar o a corregir. Afirma que se enfocan en «realidades e irrealidades del país». Existe una analogía entre el país y la relación de la pareja. Tal vez quien redacta el informe observa en retrospectiva su relación, y encuentra que ésta no estuvo a la altura de sus aspiraciones porque se convirtió en irrealidad, de la misma manera en que las realidades del país durante ese sexenio (y durante cualquier otro) estuvieron lejos de alcanzar los objetivos; por lo tanto, también se convirtieron en irrealidades. A lo largo del informe, se valoran aspectos como las satisfacciones eróticas, intelectuales, sociales y espirituales. Todas han obtenido porcentajes de eficiencia muy bajos:

 

2.4. Satisfacciones espirituales (porcentajes con base en números absolutos):

2.4.1. Alguna 0%

2.4.2. Ninguna 100%

 

La mujer con quien rompe el personaje es tratada como un elemento del informe presentado, un factor por evaluar del programa. Se le acusa de haber sido un elemento inductivo hacia el consumismo, «a través de la imposición de necesidades superfluas». Se valora su utilidad de un modo tan bajo que el protagonista llega a la conclusión de que hubo errores desde el inicio del proyecto:

Se llega a la conclusión de que las expectativas previstas al iniciarse el programa de participación amorosa no fueron suficientemente evaluadas, ni se llevaron a efecto las encuestas elementales antes de que se diera por hecha la conurbación sexual correspondiente, etapa a la que debió llegarse hasta después de haberse obtenido una información suficiente y objetiva.

Según Lazlo Moussong, «el humor crítico no sólo se dirige a las personas en el poder y a sus comportamientos, sino también a las fallas en la vida cotidiana»[4]. «Una carta muy íntima» cumple con el cometido: funciona como crítica contra el ambiguo y obsoleto modo de comunicarse en el ambiente administrativo y contra la comunicación entre las personas (en especial, las parejas), la cual, aunque con menos burocracia, es igual de ineficaz y, con frecuencia, insuficiente. Por ello, el resultado en ambas es el mismo: proyectos fallidos.

Una vez aceptado el fracaso, lo que procede es proponer soluciones:

3. ALTERNATIVAS

3.1. Para el Factor M:

3.1.1. Separar la frecuencia de las entrevistas personales y de campo con el Factor F.

3.1.2. Alternar entrevistas personales con el Factor F, con entrevistas con Factores F1, F2, F3, etcétera.

3.1.3. Plantear decididamente al Factor F la conveniencia de que modifique sus programas a corto, mediano y largo plazos con respecto al Factor M.

Desde su título, «Una carta muy íntima» implica una profunda ironía. No se trata de una carta íntima, sino muy íntima. El adjetivo es modificado por un adverbio de cantidad, lo que, si tomamos en cuenta que la carta ha sido publicada, refuerza el efecto irónico. ¿Una carta muy íntima que a la vez es publicada por su autor? Él mismo lo advierte: «Mi deseo de hacer público algo tan personal obedece a la esperanza de que me sirva para eso que llaman catarsis».

Partiendo de las clasificaciones de Gerard Genette en Palimpsestos, el texto sería, en términos generales, un pastiche satírico y no una parodia, debido a que los objetos parodiados son siempre textos singulares y nunca géneros; en cambio, un pastiche es la imitación de un estilo. Para Genette, el autor de un pastiche es un imitador «que se ocupa esencialmente de un estilo y accesoriamente de un texto»[5]. Sin embargo, en este caso, concuerdo con Venko Kanev, quien afirma que, si bien el modelo de Genette resulta funcional, «no abarca todas las variantes de Lazlo Moussong»[6], pues en uno solo de sus textos cortos pueden encontrarse dos o tres variantes o una mezcla de ellas. En consecuencia, es factible concluir que «Una carta muy íntima» es un pastiche satírico del estilo administrativo y, debido a que aplica este estilo a una carta de asuntos sentimentales o emotivos, es al mismo tiempo una parodia de lo que podría considerarse el paradigma de una carta de amor al estilo de alguna de las que aparecen, por ejemplo, en Las relaciones peligrosas de Choderlos de Laclos, para referirme a una obra clásica del romanticismo francés. El autor prefiere llamar a su técnica «trasposición», recurso que, de acuerdo con su teoría del humor, consiste en trasladar «un tipo de lenguaje usual en determinado campo, a un tipo de situación al que no le corresponde ese lenguaje, con lo cual logro el efecto humorístico e, inclusive, satírico».

 

 

Fuentes citadas

 

Genette, Gérard, Palimpsestos. La literatura en segundo grado. Traducido por Celia Fernández Prieto, Taurus, Madrid, 1989.

Hutcheon, Linda: A Poetics of Postmodernism: History, Theory, Fiction, Nueva York, Routledge, 1988.

Kanev, Venko, «Las formas breves de Lazlo Moussong», artículo en línea disponible en http://cdigital.uv.mx/bitstream/123456789/7304/2/199545P17.pdf [Última fecha de consulta: 11 de diciembre de 2012]

Moussong, Lazlo, «Una carta muy íntima», texto en línea disponible en   https://filopalabra.wordpress.com/2015/11/02/una-carta-muy-intima/

Palapa Quijas, Fabiola, «La sátira es un humor crítico para sacudir la conciencia, afirma Lazlo Moussong», entrevista en La Jornada, sección Cultura, 20 de agosto de 2009, pág. 1.

 

 

[1] «La sátira es un humor crítico para sacudir la conciencia, afirma Lazlo Moussong», entrevista de Fabiola Palapa Quijas, en La Jornada, sección Cultura, 20 de agosto de 2009, pág. 1.

[2] En La oveja negra y otras fábulas, Monterroso en realidad hace sátiras y no fábulas. En el texto que le da título al libro, es clara la aplicación del poder represivo contra el otro (las ovejas negras), así como la ironía que significa el empleo de lo reprimido para los mismos usos del poder. Sin duda, se trata de una sátira social, dado que no hay una moraleja tradicional y sí una crítica contra las paradojas del poder.

[3] Linda Hutcheon: A Poetics of Postmodernism: History, Theory, Fiction, Nueva York, Routledge, 1988.

[4] «La sátira es un humor crítico para sacudir la conciencia, afirma Lazlo Moussong», entrevista de Fabiola Palapa Quijas, en La Jornada, sección Cultura, 20 de agosto de 2009, pág. 1.

[5] G. Genette, Palimpsestos. La literatura en segundo grado. Taurus, Madrid, 1989.

[6] Venko Kanev, “Las formas breves de Lazlo Moussong”, artículo en línea disponible en http://cdigital.uv.mx/bitstream/123456789/7304/2/199545P17.pdf [Última fecha de consulta:  11 de diciembre de 2012]