Celic Rosas

 

Qué fácil encontrar

mi sombra cuando

el sol de sus cabellos

detrás de mí…

cuando la idea

de sus brazos

y las sábanas que

envuelven…

cuando el pensamiento

de su voz se enreda

en mi almohada

al despertar la luna.

 

Qué fácil encontrarme

en el lecho de otros ojos.

 

¿O qué fácil perderme?

 

Fácil dar esta tierra

a la bandera de un forastero,

el sustantivo rendición

y las manos vacías.

 

Porque la voluntad

a veces no halla motivo;

a veces una hoja

que se entrega

a la marea del viento…

 

Fácil arrojar la mirada

al atardecer de su oleaje

intranquilo,

y hundirse en la arena:

una certeza

que guarda humedad,

aquella otra forma

de llamar partida,

ausencia indefinida.

 

Eso lo sabes.

En la esquina

ocultas esa posibilidad.

 

Pero

 

aun así

 

qué fácil perderte

en encontrar.