Portada-Pasados y futuros

 

Juan Antonio Rosado

¿Cómo calificar un libro como Pasados y futuros, de Rodrigo Cortez, cuyos textos van a caballo entre el cuento, la crónica imaginaria y el ensayo-ficción? Tal hibridación denota, sin duda, la revitalización de la prosa narrativa breve y sus múltiples posibilidades en cuanto a estructuras, personajes, escenarios, manejo del tiempo, atmósferas y registros lingüísticos. Las once piezas de este libro, acompañadas por las bellas ilustraciones de Carlos Guerrero Aguilar, son una muestra de la experimentación que puede operarse en los géneros breves, sin que éstos pierdan intriga y tensión.

En «Juegos Olímpicos Mérida 2028», el autor utiliza el multiperspectivismo y el monólogo interior. Se aprecian tres perspectivas distintas sobre un mismo fenómeno social. La aparente frivolidad del tema queda rebasada por las implicaciones socio-políticas, pero también por asuntos como el oportunismo y los intereses personales. Este texto, donde prevalece la prosa reflexiva sobre una base anecdótica, no está exento de sutil ironía contra la ignorancia y estupidez de ciertos sectores. En «La mente criminal» hay un monólogo interior sobre la relación placer-egoísmo. La prosa aquí se torna narrativa y descriptiva, cargada de violencia, cinismo y ambigüedad que, sin embargo, desembocan pronto en la ironía y el humor, cuando la voz narrativa revela cuál fue su víctima, el objeto de su furia y frustración. El uso ambiguo de prosopopeya e hipérbole refleja un carácter neurótico antes de aparecer, de modo efímero, la novia del protagonista. Sobre esta relación podría escribirse otra historia. En «Narración sobre ruedas» se despliega el discurso de un taxista en tono coloquial, dirigido a interlocutores que se volverán siniestros luego de que el conductor revele una serie de rasgos propios que lo van construyendo (y también una de sus anécdotas más turbias), desnudando su vulnerabilidad ante oídos ajenos. Un elemento interesante es el juego con los planos, así como la ansiedad antes del abrupto y sorprendente desenlace, cuando todo da un vuelco.

En un texto cercano a las memorias, lo banal, como la urgencia de ir al baño durante una pesquisa por libros de remate, puede narrarse con intriga, profundidad y humorismo. Esto hace el narrador en «Librerías y McDonald’s», combinación de anécdota con reflexión sobre libros, autores y letras. En cambio, «República de California» es mezcla de ensayo-ficción con narración distópica y hasta cierto punto desesperanzadora. «Turista en el tiempo», modelo de ensayo de ciencia ficción (más expositivo-argumentativo), sugiere «abolir la tiranía del tiempo lineal». mientras que en «Museo del consumismo», la maestría recae en la descripción de espacios, debidas a un guía del futuro que nos pasea por algunos ejemplos de nuestra patética civilización. «Breve prólogo para una memoria del porvenir» recupera la narración retrospectiva.

En la obra, temas como la obligación, el amor, los «bugas» paranoides, los libros o el deporte parten de un tema central: el tiempo. Pasados y futuros evoca, convoca e invoca errores y proyectos. La voz esencial, en primera persona, es protagonista o testigo. Las anécdotas, como se afirma en «Un puñado de días», «rebotan en las calles y en las paredes», pero también «el pensamiento se enriquece al tornarse amorfo». Divertidos, fluidos, sin caer en lo vano, los textos se nutren quizá un poco de Torri, Arreola o Borges, pero acaso lo más original sean las perspectivas donde se ubican los personajes. Lo lúdico y lo distópico, el humorismo y lo tragicómico se enlazan a través de un lenguaje literario que toma lo mismo del ensayo-ficción que del cuento.

 


Rodrigo Cortez, Pasado y futuros. Ilustraciones de Carlos Guerrero Aguilar. Ed. RC, México, 2018, 157 pp.